Y es cierto que todos somos muy "raritos" con algunas de "nuestras cosas". Esto significa que cada uno de nosotros tenemos un temperamento y una personalidad muy marcados que nos definen a la hora de expresarnos, relacionarnos, y aprender.
Los que ya tenemos alguna edad y los que aún están creciendo e intentando buscarse un hueco en el mundo, todos sabemos lo difíciles que somos de tratar. Nuestros padres, hermanos, amigos y profesores podrían contar mil anécdotas sobre lo "particulares" que somos a veces.
Pero, por mas que nuestro temperamento nos defina, no debemos olvidar que la personalidad de una persona se fragua en el día a día y que los hábitos, las relaciones con padres, hermanos, vecinos, amigos, educadores, etc..., moldean nuestro carácter y nos hacen adaptarnos a las circunstancias que nos rodean.
Los chicos y chicas con un temperamento dócil son más fáciles de educar: manejar, controlar, acomodar a nuestros requerimientos y tienden a ser mucho más receptivos a la hora de recibir refuerzos sociales; mientras que los niños y niñas rebeldes y con temperamento mas fuerte, requieren más persistencia por parte de sus educadores pues son mas insensibles a ese refuerzo social.
Ser especial, por tanto, no es exclusivo de un grupo de personas con características físicas o psíquicas determinadas. Es un "título" que todos y todas nos merecemos por el hecho de haber nacido.
Con todo esto, quiero decir que cada uno chico, debería ser tratado de una forma distinta a la hora de socializarse, es decir, no podemos adoptar los mismos métodos para educar a todo el mundo.
Pero lo que sí es verdaderamente cierto, y no tiene ningún género de duda, es que todos nos expresamos, nos relacionamos y aprendemos por un mismo motivo: todos y todas queremos formar parte, en mayor o menor medida, de un grupo social, que nos elogie, nos respete, considere nuestros hechos como algo positivo y digno de alabanza.
Y en esto no nos diferenciamos de nadie, por poco que nos guste o por mucho que nos revelemos ante ello, todos queremos reconocimiento social.
Y es, precisamente, en el día a día dónde todos y todas, aceptamos, aprendemos o nos doblegamos, ante las "exigencias" sociales, cada uno según su grado de resistencia, porque, de eso sí podemos estar seguros: APRENDEMOS TODOS LOS DÍAS,
Pretendo, ir desvelando poco a poco, en este blog, mi enorme (por tiempo) y escasa (por cantidad) experiencia en estos temas, mis pequeños y grandes "trucos" para vencer la resistencia ante el aprendizaje, mi experiencia personal y mi propio aprendizaje, que no acaba nunca, en definitiva, mi "especial" forma de ser.
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