Este curso, la presencia de alumnos con altas capacidades en Infantil, nos ha obligado a sacar el máximo rendimiento tanto de ellos como de sus compañeros, con un programa de enriquecimiento en el que buscamos, no solo el desarrollo de sus capacidades, sino también de su creatividad y la vivencia de la inclusión, a través de cuentos relacionados con la convivencia, la solidaridad y la aceptación de la diversidad.
El programa conlleva la "escritura" de diferentes relatos, por parte de los niños, basados en el protagonismo de diferentes personajes: con discapacidades, complejos, necesidades, etc.
Desde muy pequeños, los niños son capaces de reconocer que nuestro sistema signado de letras lleva una carga de información tremenda. Ellos quizá no han aprendido a signar esos mensajes y, sin embargo, son capaces de reproducir "algo parecido" por medio de los signos que conocen: las letras que aprenden día a día en la escuela, las letras que tiene su propio nombre o simplemente símbolos diferentes a sus dibujos.
Si le dices a un niño de cuatro o cinco años que escriba un cuento, la primera reacción es: "no sé", algunos, los más observadores y meticulosos, llegan incluso a llorar pensando que son incapaces de hacer lo que les pides, pero poco a poco se dan cuenta de que los símbolos tienen significado "per se", si tú, yo o cualquiera se lo da.
El método está basado en la construcción de aprendizajes por el propio niño, a través de sus experiencias y conocimientos previos y a través del contraste de estos con los que va adquiriendo en la escuela. Así pone en conflicto lo que él cree saber con lo que aprende y deduce nuevos conocimientos. Muchos maestros estamos familiarizados con el método, al menos teóricamente, sin embargo, nos cuesta creer que se pueda aplicar a alumnos tan pequeños. Esta es la prueba de que no solo es posible sino beneficioso para todos.
Ha sido una experiencia inolvidable, para ellos y para nosotros, ver como sus cuentos crecían, como sus "escritos" se convertían en mensajes que todos entendíamos, y han demostrado, a pesar de no saber leer y escribir, que son capaces de fabricar mundos llenos de ilusión y solidaridad.
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